irá recogiendo, a golpes de azar, documentos de temática flamenca que, según mi criterio, merecen la pena que salgan de nuevo a la luz. Este blog quiere acordarse de los amigos de la Peña Chaquetón de Madrid y, en especial, de Carlitos Tortosa que tantas penúltimas copas nos soportó.
No niego que Trini Borrull sea una gran figura de la danza, pero desde el punto de vista humano hizo cosas detestables. Cuando yo tenía siete años amaba la danza, el ballet. Tenía gracia y ritmo, y le ponía mucho empeño a mis clases, que mi madre pagaba religiosamente. No se me podía reprochar nada más que mi exceso de peso. Cuando llegó el momento de la actuación de fin de curso -era una función escolar, nada del otro mundo- y las modistas nos tomaban las medidas para los trajes, me dijo: "tú no, tú no vas a bailar, porque estás gorda, porque no eres grácil y delgadita como tus compañeras, sino una bola (de sebo)". Esta mujer destrozó mis ilusiones de niña de 7 años, destrozó mi autoestima y, con el tiempo, sufrí trastornos de alimentación. ¿Qué puede decirse de una persona capaz de hacer esto? Entiendo que la danza profesional es una cosa, pero la danza en una función escolar es otra muy distinta. Una persona que destroza así el corazón de una niña de 7 años, que la priva de participar en una función escolar sólo porque desluce el cuadro con una figura no esbelta, no merece llamarse persona.
Eran otros tiempos. En esta era de lo políticamente correcto nadie se atrevería a excluir a una niña de una representación escolar por motivos estéticos... Por amor de dios, no hablamos de danza profesional, sino de una función escolar. El dinero de las clases sí que se lo mamó, ¿cierto? Es de una bajeza suprema esperar al momento de la toma de medida para trajes para decirte que quedas excluida de la representación porque la desluces con tu aspecto poco estilizado. O se dice al principio, antes de cobrar, o no se dice. Pero se ve que a esta señora, además de no tener humanidad ni empatía, le tiraba mucho la pela. Su comportamiento es detestable se mire por donde se mire. Una vergüenza.
No niego que Trini Borrull sea una gran figura de la danza, pero desde el punto de vista humano hizo cosas detestables. Cuando yo tenía siete años amaba la danza, el ballet. Tenía gracia y ritmo, y le ponía mucho empeño a mis clases, que mi madre pagaba religiosamente. No se me podía reprochar nada más que mi exceso de peso. Cuando llegó el momento de la actuación de fin de curso -era una función escolar, nada del otro mundo- y las modistas nos tomaban las medidas para los trajes, me dijo: "tú no, tú no vas a bailar, porque estás gorda, porque no eres grácil y delgadita como tus compañeras, sino una bola (de sebo)". Esta mujer destrozó mis ilusiones de niña de 7 años, destrozó mi autoestima y, con el tiempo, sufrí trastornos de alimentación. ¿Qué puede decirse de una persona capaz de hacer esto? Entiendo que la danza profesional es una cosa, pero la danza en una función escolar es otra muy distinta. Una persona que destroza así el corazón de una niña de 7 años, que la priva de participar en una función escolar sólo porque desluce el cuadro con una figura no esbelta, no merece llamarse persona.
ResponderEliminarSí, muy de Trini estas cosas que cuentas.
ResponderEliminarEran otros tiempos. En esta era de lo políticamente correcto nadie se atrevería a excluir a una niña de una representación escolar por motivos estéticos... Por amor de dios, no hablamos de danza profesional, sino de una función escolar. El dinero de las clases sí que se lo mamó, ¿cierto? Es de una bajeza suprema esperar al momento de la toma de medida para trajes para decirte que quedas excluida de la representación porque la desluces con tu aspecto poco estilizado. O se dice al principio, antes de cobrar, o no se dice. Pero se ve que a esta señora, además de no tener humanidad ni empatía, le tiraba mucho la pela. Su comportamiento es detestable se mire por donde se mire. Una vergüenza.
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