El próximo jueves 2 de junio a las 20 horas se presentará en la sala María Zambrano del Círculo de Bellas Artes de Madrid el libro
Conocí a Ricardo prácticamente desde que me trajeron de Jerez a Madrid en 1966, siempre hemos vivido en los mismos barrios y siempre me llamó –no sé por qué- Davinchi y yo a él –como todos sus amigos- Richi. Lo nuestro no eran las citas previas, nos gustaba el callejeo y si nos veíamos tomábamos un vino y pegábamos la hebra. Nos unía el amor a los libros, el desprecio a la dictadura que nos vio (vigiló) crecer, esas faenas de Paula que poetizaba nuestro admirado Bergamín y reírnos de dios y de su diablo; no ha sido mal cemento para una larga amistad. En los últimos años nuestra conversación casi siempre la remataba con un ...”a ver si me llevas algún día a esos sitios que vas tú a oír flamenco” pero –y todavía no me lo explico- nunca escuchamos juntos ni una rumbita de Peret.
Ya es hora de saldar esa deuda (“A buenas horas” te oigo decir con esa sonrisa que tanto cautivaba a las chicas del Barrio) y compartir contigo, Richi, en nuestro espacio común donde no habitará el olvido, este martinete de Tío Borrico de Jerez del que tanto te hablé.
Ya es hora de saldar esa deuda (“A buenas horas” te oigo decir con esa sonrisa que tanto cautivaba a las chicas del Barrio) y compartir contigo, Richi, en nuestro espacio común donde no habitará el olvido, este martinete de Tío Borrico de Jerez del que tanto te hablé.
Quedaron muchas cosas pendientes.A mi me quedaron muchas preguntas que nunca llegué a pronunciar. Hubiese hecho falta una vida para realizar todas ellas.
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