En plena efervescencia de los cafés cantantes no resulta raro que se organizaran funciones de flamenco para disfrute de los visitantes. Tuvieron lugar en el Teatro Felipe y en el Café de Corrales y así lo reflejó la prensa de la época, en algunos casos con crónicas muy detalladas
donde se recogen intérpretes y palos interpretados.
Entre las crónicas quiero destacar la de Pedro Bofill y Rabassa (¿?-1894); los lectores apresurados puede limitarse a una lectura, atenta eso sí, de ésta:
Al Café de Corrales –situado en la calle de Santa Isabel, en pleno barrio de Lavapiés- dedica José Blas Vega un par de páginas de su libro sobre los cafés cantantes madrileños que ya he citado en alguna ocasión.
La visita de los italianos –y su pasadita flamenca- tuvo tanta repercusión que hasta la prensa mejicana se hizo eco de la misma
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