sesión flamenca insufló a (un) Pedro Garrido un incontenible ardor patriótico que le llevó a pergeñar esta crónica
en un diario de Almería que espero (cariñosamente) que no distraiga a mis amigos catalanes en su día de reflexión.
(¿Se han fijado que el cronista no hace alusión a la intervención de Carmen Amaya?)
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