Si han tenido ustedes -como yo- la desdicha de reincorporarse a sus actividades laboral/alimenticias, tras tocar tibiamente ese derecho a la pereza que soñaron nuestros mayores, quizá les venga bien la lectura de este artículo
aparecido en el semanario Gutiérrez.
Por si todavía siguen pensando en lo que dejaron, ahí va una perlita
del semanario La Codorniz con mi sincero deseo de que se animen -si ello es posible- un poco.
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