se estrenó en el Teatro Calderón de Madrid
en abril de 1950. En agosto recaló en el Teatro Principal de San Sebastián
y con este motivo Luis Pérez Solero dedicó a Lola Flores este poemita
(Por exigencias del guión paso casi todos los días por la Puerta del Sol de Madrid y no hay vez que mis ojos no se dirijan al lugar donde estuvo el anuncio de Tío Pepe. Por no sé qué cuestión de alquileres y nuevos inquilinos éste ha desaparecido; al parecer una manzana mordida va a sustituir al añorado Tío Pepe)
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