que realizó por Valladolid y Sevilla en un libro que publicó en 1899.
Su último capítulo nos reserva una sorpresa, al menos para mí, ¡30 páginas dedicadas a lo que vio y escuchó durante su visita al Café del Burrero!
(Sobre Silverio Domínguez, personaje enterrado en el olvido, creo que es pertinente traer aquí lo que le dedicaron Roberto Calvo Torre y Concepción Redondo Moreno en su libro Hijos ilustres del Camero Viejo (Instituto de Estudios Riojanos, 2005)
No he conseguido averiguar la fecha de fallecimiento de nuestro personaje. Y lo siento, no me parece mal resumen de una vida unos dígitos separados por un guion y encerrados entre paréntesis).
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